Durante la pandemia, entré en contacto con Francesco Mucciacito, un dibujante que me recomendaron otros artistas.
El concepto que tenía en mente para la portada de mi primer álbum era un monstruo con tintes aparentemente apocalípticos, un generador de odio y destrucción. Tras años de encargos y trabajo, el monstruo incluso adquirió su propio nombre: T.E.T.R.U.S.
En realidad, es un acrónimo bastante extraño, pero cargado de significado y metáfora. Las palabras derivadas de este acrónimo se han considerado a lo largo del tiempo ideales en los que creer, casi como "mandamientos" que el monstruo perseguirá y tratará de transmitir a los futuros pueblos que habitarán la Tierra.
T - "tiempo"
E - "eterno"
T - "intentar"
R - "redención"
U - "único"
S - "brillar"
Parece que son términos sin relación, pero al escuchar las canciones de este álbum, ya terminadas y listas para su lanzamiento, se puede percibir la esencia y el estado mental del monstruo que cada uno lleva dentro.
Musical y líricamente, el álbum aborda canciones complejas y sofisticadas de forma poética: en "To Make Ends Meet", la alienación y el control de masas, el consumismo y el conformismo vacío son los temas principales. El ritmo es nervioso, la atmósfera a veces inquietante y onírica, evocando imágenes de personas vacías en busca de un líder, como ovejas que necesitan un pastor. Cualquiera que se atreva a rebelarse contra las reglas es considerado loco por una sociedad conservadora y codiciosa, poblada por hombres esquizofrénicos.
La introspectiva y melancólica "Riding In The Fog" evoca ocasionalmente a Pink Floyd, con sus melodías ascendentes y pasajes evocadores que dan forma a un fantasma silencioso e insomne que cabalga por las colinas en una noche de niebla. Una noche de otoño donde todo a su alrededor se desvanece y los sueños se convierten en pesadillas...
"The Last 48 Hours" y la larga suite que lleva el nombre del conjunto, "The Mind Warp", los temas finales del álbum, están de alguna manera conectados, describiendo las emociones que uno puede experimentar tras la pérdida de un ser querido. Dolor, luto, delirio, sombras amenazantes y el frío interior que puede transmitir una casa vacía (la casa de mármol, repetidamente mencionada, donde se desarrolla toda la historia). Pero aquí, la casa de mármol también puede entenderse como una metáfora de la tumba, y la atmósfera general de estas dos últimas canciones es la de una elegía conmovedora y sincera.