En una célebre entrevista, Allan Holdsworth dejó a sus fans uno de los legados musicales más importantes, un legado digno de su aventurera carrera musical orientada a la investigación y la experimentación: "siempre sé tú mismo, pase lo que pase".
En la era de la homogeneización de las conciencias y la rápida comunicación, un grupo de músicos (más tarde también amigos) decide valientemente producir un disco que pueda hacer que el mensaje de Holdsworth siga siendo actual.
Mientras los tributos musicales y las versiones hacen furor, Y.O.U. (así se llama el proyecto) deciden crear en su lugar composiciones originales, dedicadas a la memoria del guitarrista inglés.
La operación alquímica no se realiza por adición, sustracción o mistificación del corpus holdworthiano, sino por profundizar en el aspecto metafísico del material musical y, por tanto, favorecer la interacción con el aspecto creativo.
En este sentido, las 8 piezas dedicadas al genio de Bradford son capaces de dialogar con la modernidad, en línea con la enseñanza de Allan: “sé tú mismo a toda costa”.