Tome las ideas y los sonidos del Rock In Opposition más atrevido, agregue dosis masivas de Frank Zappa de "Uncle Meat" o "Burnt Weeny Sandwich", algo del jazz-rock y la vanguardia del siglo XX de Canterbury, el jazz orquestal de Carla Bley y obtendrá algo que se acerca a los sonidos del Breznev Fun Club. Más que como un verdadero grupo, el Breznev Fun Club debe entenderse como un conjunto iridiscente de músicos en constante evolución, que se modifica y enriquece con los años, sin perder nunca el Su misión final.
El Breznev Fun Club ha existido desde mediados de los años ochenta, formado por el trío Rocco Lomonaco (guitarra eléctrica, acústica y clásica), Mario Ventrelli (batería) y Francesco Gallipoli (voz y teclados), y desde el principio ha intentado la fusión audaz de jazz, vanguardia, sin sentido neo-dada y experimentación teatral. Mientras tanto, el conjunto se ha expandido convirtiéndose en un sexteto y enriqueciéndose, entre otras cosas, con la colaboración de Franco Sciscio, un poeta apasionado de la literatura surrealista francesa y las vanguardias del siglo XX, que luego escribirá la letra. Después de haber disfrutado de actuaciones en vivo en Italia, otros cambios en una formación que irá hasta doce elementos (más flauta, oboe, trompetas, trombón), el Breznev regresó en 1994 proponiendo nuevas pistas inéditas que luego se recopilarán años más tarde en su primer álbum de estudio, "L'onda vertebrata" (2000).
Su vanguardia con matices de Canterburia obtiene inmediatamente buenas críticas y apreciaciones, pero el proyecto se deja de lado temporalmente esperando el nuevo regreso de 2007, el año en que, alrededor del dúo Lomonaco-Sciscio, se toman piezas concebidas entre 1999 y 2001, luego recogido en "Il Misantropo Felice". Las ocho pistas del álbum son una única composición larga de cincuenta minutos, un viaje de ensueño que cuenta el sueño del feliz misántropo (quizás un alter ego de Lomonaco) desde su comienzo hasta el despertar que reconcilia al protagonista con el mundo. Los instrumentos recrean la mezcla de sonidos externos, de recuerdos inconscientes, de visiones matizadas, un viaje profundo a la psique descrito con gran complejidad por el conjunto abarrotado.
Desde el comienzo del sueño de "A Window Closes", donde Canterbury es más que una simple influencia, hasta "Putamen", en el que parece revivir una vez más el alma de Frank Zappa y sus Madres, el sueño continúa como uno flujo, en el que no es fácil encontrar interrupciones reales entre una canción y otra, donde Carla Bley se encuentra nuevamente con Robert Wyatt de Matching Mole, donde Zappa abraza a su amada Varese ("Sperduto nella stanza isterica"), donde el Rock In La sombría oposición de Univers Zero se encuentra con la irónica y surrealista Samla Mammas Manna, hasta la canción final, "After The Last Silence", donde todo coexiste perfectamente, la pista de reconciliación, donde todo vuelve a su lugar, donde la reconciliación no es solo el del misántropo con el mundo pero el del oyente con la música misma, asombrado de la belleza que puede haber en solo cincuenta minutos.